Baruc, 5
2. Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno.
2. Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno.
Baruc 5 es un capítulo del Antiguo Testamento que presenta un mensaje de esperanza y restauración al pueblo judío. El capítulo describe la promesa de Dios de traer de vuelta a las personas a Jerusalén, donde serán honrados y exaltados. A continuación hay cinco versos de otros libros bíblicos que se relacionan con los temas cubiertos en Baruc 5:
Isaías 40:1-2: "Consola, consuele a mi pueblo, diga a tu Dios. Habla benignamente con Jerusalén y le grita que ya ha terminado el momento de su guerra, que su iniquidad es perdonada; En el doble de la mano del Señor por todos sus pecados ". Este versículo muestra el mensaje de la comodidad y el perdón de Dios para las personas, así como la promesa de restauración.
Isaías 62:2: "Entonces se verá a tus justos, y todos los reyes serán postrados ante ti; por el bien del Señor, que es fiel, y del santo de Israel, que te ha elegido". Este versículo destaca la promesa de honor y exaltación de Dios a su pueblo.
Jeremías 31:4: "Todavía te construiré, y serás construido, oh Virgin of Israel; todavía estarás adornado con tus fertilizantes, y saldrás en los bailes de quienes se rompen". Este versículo muestra la promesa de Dios de reconstrucción y renovación a su pueblo.
Isaías 49:23: "Y los reyes serán tus aios, y sus princesas sus nominaciones; con la cara en la tierra, delante de ti, adorarán y lamerán el polvo de tus pies; y sabrán que soy el Señor, que los que esperan para mí no están confundidos ". Este versículo muestra la promesa de honor y sumisión de los líderes de las naciones al pueblo de Dios.
Ezequiel 37:26-27: "También haré un pacto de paz con ellos; será una alianza perpetua. Los estableceré y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre". Este versículo destaca la promesa de Dios de paz y protección para su pueblo.
“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina