10. Recoge las ofrendas de los deportados: de Jeldai, de Tobías y de Iedaías. Tú mismo irás ese día a la casa de Josías, hijo de Sefanías, adonde ellos acaban de llegar de Babilonia:





“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina