Fundar 3118 Resultados para: una

  • Y, puesto ya el sol, surgió en medio de densas tinieblas un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre aquellos animales partidos. (Génesis 15, 17)

  • Aquel día firmó Yahveh una alianza con Abram, diciendo: «A tu descendencia he dado esta tierra, desde el rió de Egipto hasta el Río Grande, el río Eufrates: (Génesis 15, 18)

  • Saray, mujer de Abram, no le daba hijos. Pero tenía una esclava egipcia, que se llamaba Agar, (Génesis 16, 1)

  • La encontró el Angel de Yahveh junto a una fuente de agua en el desierto - la fuente que hay en el camino de Sur - (Génesis 16, 7)

  • «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos. (Génesis 17, 4)

  • Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad. (Génesis 17, 7)

  • Respondió Dios: «Sí, pero Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Isaac. Yo estableceré mi alianza con él, una alianza eterna, de ser el Dios suyo y el de su posteridad. (Génesis 17, 19)

  • Abraham se dirigió presuroso a la tienda, a donde Sara, y le dijo: «Apresta tres arrobas de harina de sémola, amasa y haz unas tortas.» (Génesis 18, 6)

  • Tú no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo con el malvado, y que corran parejas el uno con el otro. Tú no puedes. El juez de toda la tierra ¿va a fallar una injusticia?» (Génesis 18, 25)

  • Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron en su casa. El les prepraró una comida cociendo unos panes cenceños y comieron. (Génesis 19, 3)

  • Ahí cerquita está esa ciudad a donde huir. Es una pequeñez. ¡Ea, voy a escaparme allá - ¿verdad que es una pequeñez? - y quedaré con vida!» (Génesis 19, 20)

  • Dirigió la vista en direción de Sodoma y Gomorra y de toda la región de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata. (Génesis 19, 28)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina