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  • con un dedo de su mano derecha hará ante Yahveh siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda, (Levítico 14, 27)

  • el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y la cerrará durante siete días. (Levítico 14, 38)

  • y, tomando la madera de cedro, el hisopo y la púrpura escarlata, con el pájaro vivo, los mojará en la sangre del pájaro degollado y en el agua viva; y rociará la casa siete veces. (Levítico 14, 51)

  • Si el que padece flujo sana de él, se contarán siete días para su purificaión; después lavará sus vestidos, se bañará en agua viva y quedará puro. (Levítico 15, 13)

  • La mujer que tiene flujo, el flujo de sangre de su cuerpo, permanecerá en su impureza por espacio de siete días. Y quien la toque será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 19)

  • Si uno se acuesta con ella se contamina de la impureza de sus reglas y queda impuro siete días; todo lecho en que él se acueste será impuro. (Levítico 15, 24)

  • Una vez que ella sane de su flujo, contará siete días, quedando después pura. (Levítico 15, 28)

  • Tomando luego la sangre del novillo, rociará con su dedo el lado oriental del propiciatorio, y con su dedo hará siete aspersiones de sangre delante del propiciatorio. (Levítico 16, 14)

  • Hará sobre él con su dedo siete aspersiones de sangre, y así lo purificará y lo separará de las impurezas de los israelitas. (Levítico 16, 19)

  • Cuando nazca un ternero, o un cordero, o cabrito, quedará siete días con su madre; y desde el día octavo en adelante será grato como ofrenda de manjar abrasado para Yahveh. (Levítico 22, 27)

  • El quince de este mes se celebrará la fiesta de los Azimos en honor de Yahveh. Durante siete días comeréis panes ázimos. (Levítico 23, 6)

  • Ofreceréis durante siete días manjares abrasados a Yahveh. El séptimo día celebraréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil. (Levítico 23, 8)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina