Fundar 27 Resultados para: purificación femenina

  • A punto ya de celebrar la purificación, os escribimos: Bien haréis también en celebrar estos días. (II Macabeos 2, 16)

  • La historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la purificación del más grande Templo, la dedicación del altar, (II Macabeos 2, 19)

  • Aconteció que el mismo día en que el Templo había sido profanado por los extranjeros, es decir, el veinticinco del mismo mes que es Kisléu, tuvo lugar la purificación del Templo. (II Macabeos 10, 5)

  • Por ello, llevando tirsos, ramas hermosas y palmas, entonaban himnos hacia Aquél que había llevado a buen término la purificación de su lugar. (II Macabeos 10, 7)

  • Quien se purifica del contacto de un muerto y le vuelve a tocar, ¿qué ha ganado con su baño de purificación? (Eclesiástico 34, 25)

  • Porque de los vestidos sale la polilla, y de la mujer la malicia femenina. (Eclesiástico 42, 13)

  • «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.» (Marcos 1, 44)

  • y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. (Marcos 7, 4)

  • Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, (Lucas 2, 22)

  • Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.» (Lucas 5, 14)

  • Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. (Juan 3, 25)

  • Entonces Pablo tomó al día siguiente a los hombres, y habiéndose purificado con ellos, entró en el Templo para declarar el cumplimiento del plazo de los días de la purificación cuando se había de presentar la ofrenda por cada uno de ellos. (Hechos 21, 26)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina