Fundar 14 Resultados para: proclamar

  • No he divisado maldad en Jacob, ni he descubierto infortunio en Israel. Yahveh su Dios está con él, y en él se oye proclamar a un rey. (Números 23, 21)

  • De la media tribu de Manasés, 18.000, nominalmente designados para ir a proclamar rey a David. (I Crónicas 12, 32)

  • Todos estos hombres de guerra, formados en orden de batalla, vinieron a Hebrón con corazón entero para proclamar a David rey sobre todo Israel; y los demás israelitas estaban unánimes en hacer rey a David. (I Crónicas 12, 39)

  • que incluso has designado profetas para proclamar acerca de ti en Jerusalén: ¡Judá tiene rey! Estos rumores van a ser oídos por el rey; así que ven para que tomemos consejo juntos.» (Nehemías 6, 7)

  • Bueno es mantener oculto el secreto del rey y también es bueno proclamar y publicar las obras gloriosas de Dios. Practicad el bien y no tropezaréis con el mal. (Tobías 12, 7)

  • y, además, que se haría judío y recorrería todos los lugares habitados para proclamar el poder de Dios. (II Macabeos 9, 17)

  • A nadie dio poder de proclamar sus obras, pues ¿quién podrá rastrear sus maravillas? (Eclesiástico 18, 4)

  • Por tanto, así dice Yahveh: Vosotros no me habéis hecho caso al proclamar manumisión general. He aquí que yo proclamo contra vosotros manumisión de la espada, de la peste y del hambre - oráculo de Yahveh - y os doy por espantajo de todos los reinos de la tierra. (Jeremías 34, 17)

  • Entonces Baltasar mandó revestir de púrpura a Daniel, ponerle un collar de oro al cuello y proclamar que mandaba como tercero en el reino. (Daniel 5, 29)

  • El se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados. (Marcos 5, 20)

  • El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos (Lucas 4, 18)

  • y proclamar un año de gracia del Señor. (Lucas 4, 19)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina