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  • El macho cabrío se hizo muy grande, pero cuando estaba en la plenitud de su poder, el gran cuerno se rompió y en su lugar despuntaron cuatro «magníficos» en la dirección de los cuatro vientos del cielo. (Daniel 8, 8)

  • «Incitará su fuerza y su corazón contra el rey del Mediodía con un gran ejército. El rey del Mediodía saldrá a la guerra con un ejército muy grande y muy poderoso, pero no podrá resistir, pues se tramarán contra él maquinaciones. (Daniel 11, 25)

  • Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, que era muy bella y temerosa de Dios; (Daniel 13, 2)

  • Joaquín era muy rico, tenía un jardín contiguo a su casa, y los judíos solían acudir donde él, porque era el más prestigioso de todos. (Daniel 13, 4)

  • y cuando los ancianos contaron su historia, los criados se sintieron muy confundidos, porque jamás se había dicho una cosa semejante de Susana. (Daniel 13, 27)

  • Susana era muy delicada y de hermoso aspecto. (Daniel 13, 31)

  • El rey se levantó muy temprano y Daniel con él. (Daniel 14, 16)

  • Ya da Yahveh la voz delante de su ejército, porque sus batallones son inmensos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el Día de Yahveh, y muy terrible: ¿quién lo soportará? (Joel 2, 11)

  • Entonces Yahveh Dios dispuso una planta de ricino que creciese por encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y librarle así de su mal. Jonás se puso muy contento por aquel ricino. (Jonás 4, 6)

  • Muy limpio eres de ojos para mirar el mal, ver la opresión no puedes. ¿Por qué ves a los traidores y callas cuando el impío traga al que es más justo que él? (Habacuc 1, 13)

  • Pues así dice Yahveh Sebaot: Dentro de muy poco tiempo sacudiré yo los cielos y la tierra, el mar y el suelo firme, (Ageo 2, 6)

  • Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, (Mateo 4, 8)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina