Fundar 98 Resultados para: momento

  • Pero para no molestarte más, te ruego que nos escuches un momento con tu característica clemencia. (Hechos 24, 4)

  • Y esto, teniendo en cuenta el momento en que vivimos. Porque es ya hora de levantaros del sueño; que la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. (Romanos 13, 11)

  • En efecto, la leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna, (II Corintios 4, 17)

  • Pues dice él: En el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé. Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el día de salvación. (II Corintios 6, 2)

  • Porque si os entristecí con mi carta, no me pesa. Y si me pesó - pues veo que aquella carta os entristeció, aunque no fuera más que por un momento - (II Corintios 7, 8)

  • En todo momento damos gracia a Dios por todos vosotros, recordándoos sin cesar en nuestras oraciones. (I Tesalonicenses 1, 2)

  • En lo que se refiere al tiempo y al momento, hermanos, no tenéis necesidad que os escriba. (I Tesalonicenses 5, 1)

  • Vosotros sabéis qué es lo que ahora le retiene, para que se manifieste en su momento oportuno. (II Tesalonicenses 2, 6)

  • Porque yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente. (II Timoteo 4, 6)

  • Encima del arca, los querubines de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio. Mas no es éste el momento de hablar de todo ello en detalle. (Hebreos 9, 5)

  • Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. (Hebreos 12, 11)

  • vosotros que no sabéis qué será de vuestra vida el día de mañana... ¡Sois vapor que aparece un momento y después desaparece! (Santiago 4, 14)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina