Fundar 61 Resultados para: malvado

  • Abordóle Abraham y dijo: «¿Así que vas a borrar al justo con el malvado? (Génesis 18, 23)

  • Tú no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo con el malvado, y que corran parejas el uno con el otro. Tú no puedes. El juez de toda la tierra ¿va a fallar una injusticia?» (Génesis 18, 25)

  • No levantes testimonio falso, ni ayudes al malvado dando testimonio injusto. (Exodo 23, 1)

  • Aléjate de causas mentirosas, no quites la vida al inocente y justo; y no absuelvas al malvado. (Exodo 23, 7)

  • Semeí decía maldiciendo: «Vete, vete, hombre sanguinario y malvado. (II Samuel 16, 7)

  • Había allí un malvado llamado Seba, hijo de Bikrí, benjaminita, que hizo sonar el cuerno y dijo: «No tenemos parte con David, ni tenemos heredad con el hijo de Jesé. ¡Cada uno a sus tiendas, Israel!» (II Samuel 20, 1)

  • porque había sido dada en matrimonio a siete hombres, pero el malvado demonio Asmodeo los había matado antes de que se unieran a ella como casados. La esclava le decía: «¡Eres tú la que matas a tus maridos! Ya has tenido siete, pero ni de uno siquiera has disfrutado. (Tobías 3, 8)

  • y fue enviado Rafael a curar a los dos: a Tobit, para que se le quitaran las manchas blancas de los ojos y pudiera con sus mismos ojos ver la luz de Dios; y a Sarra la de Ragüel, para entregarla por mujer a Tobías, hijo de Tobit, y librarla de Asmodeo, el demonio malvado; porque Tobías tenía más derechos sobre ella que todos cuantos la pretendían. En aquel mismo momento se volvía Tobit del patio a la casa, y Sarra, la de Ragüel, descendía del aposento. (Tobías 3, 17)

  • Pero todo da igual, y por eso digo: él extermina al intachable y al malvado. (Job 9, 22)

  • En un país sujeto al poder de un malvado, él pone un velo en el rostro de sus jueces: si no es él, ¿quién puede ser? (Job 9, 24)

  • «Todos sus días vive el malvado en tormento, contados están los años asignados al tirano. (Job 15, 20)

  • Sí, la luz del malvado ha de apagarse, ya no brillará su ardiente llama. (Job 18, 5)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina