Fundar 5093 Resultados para: ido

  • Date cuenta, pues, de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera. Si no, iré donde ti y cambiaré de su lugar tu candelero, si no te arrepientes. (Apocalipsis 2, 5)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios. (Apocalipsis 2, 7)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda. (Apocalipsis 2, 11)

  • Pero tengo alguna cosa contra ti: mantienes ahí algunos que sostienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balaq a poner tropiezos a los hijos de Israel para que comieran carnes inmoladas a los ídolos y fornicaran. (Apocalipsis 2, 14)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedrecita blanca, y, grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe. (Apocalipsis 2, 17)

  • Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne inmolada a los ídolos. (Apocalipsis 2, 20)

  • Yo también lo he recibido de mi Padre. Y le daré el Lucero del alba. (Apocalipsis 2, 28)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 2, 29)

  • Tienes no obstante en Sardes unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco; porque lo merecen. (Apocalipsis 3, 4)

  • El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre y de sus Angeles. (Apocalipsis 3, 5)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 6)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 13)


“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina