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Hemos echado a suertes - sacerdotes, levitas y pueblo - la ofrenda de la leña que ha de traer a la Casa de nuestro Dios cada familia en su turno, a sus tiempos, cada año, para quemarla sobre el altar de Yahveh nuestro Dios con arreglo a lo escrito en la Ley. (Nehemías 10, 35)
y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestro ganado, conforme a lo escrito en la Ley - los primeros nacidos de nuestro ganado mayor y menor, que se traen a la Casa de nuestro Dios son para los sacerdotes que ejercen el ministerio en la casa de nuestro Dios -. (Nehemías 10, 37)
En aquel tiempo se leyó a oídos del pueblo en el libro de Moisés, y se encontró escrito en él: «El ammonita y el moabita no entrarán jamás en la asamblea de Dios, (Nehemías 13, 1)
Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y confesad a Dios. Mirad, yo subo al que me ha enviado. Poned por escrito todo cuanto os ha sucedido.» Y se elevó. (Tobías 12, 20)
El texto de este escrito debía ser promulgado como ley en todas las provincias, y fue puesto en conocimiento de todos los pueblos a fin de que estuviesen preparados para aquel día. (Ester 3, 14)
Estaba allí, puesta por escrito, la denuncia que Mardoqueo había hecho contra Bigtán y Teres, los dos eunucos del rey, guardianes del umbral, que habían intentado poner las manos sobre el rey Asuero. (Ester 6, 2)
Una copia de este escrito debía ser publicada como ley en todas las provincias y promulgada en todos los pueblos; y los judíos debían estar preparados aquel día para vengarse de sus enemigos. (Ester 8, 13)
Mardoqueo consignó por escrito todas estas cosas y envió cartas a los judíos de todas las provincias del rey Asuero tanto lejanos como próximos, (Ester 9, 20)
hicieron los judíos de estos días una institución irrevocable para sí, para sus descendientes y para todos los que se pasaron a ellos, conforme a este escrito y esta fecha, de año en año. (Ester 9, 27)
¡Oh! ¿quién hará que se me escuche? Esta es mi última palabra: ¡respóndame Sadday! El libelo que haya escrito mi adversario (Job 31, 35)
«En cuanto a los males que el rey Demetrio les ha causado, le hemos escrito diciéndole: "¿Por qué has hecho sentir pesadamente tu yugo sobre nuestros amigos y aliados los judíos? (I Macabeos 8, 31)
Pues bien, haré por tí lo que has escrito. Pero ven a encontrarme en Tolemaida donde nos veamos el uno al otro, y te tomaré por yerno como has dicho.» (I Macabeos 10, 56)
