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  • El duelo de los hombres se dirige a sus cuerpos, pero el nombre de los pecadores, que no es bueno, se borrará. (Eclesiástico 41, 11)

  • En duelo se marchitó la tierra, se amustia, se marchita el orbe, el cielo con la tierra se marchita. (Isaías 24, 4)

  • La tierra está en duelo, languidece; el líbano está ajado y mustio. Ha quedado el Sarón como la estepa, se van pelando el Basán y el Carmelo. (Isaías 33, 9)

  • Alegraos, Jerusalén, y regocijaos por ella todos los que la amáis, llenaos de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo; (Isaías 66, 10)

  • - Hija de mi pueblo, cíñete de sayal y revuélcate en ceniza, haz por ti misma un duelo de hijo único, una endecha amarguísima, porque en seguida viene el saqueador sobre nosotros. (Jeremías 6, 26)

  • Sí, así dice Yahveh: No entres en casa de duelo, ni vayas a plañir, ni les consueles; pues he retirado mi paz de este pueblo - oráculo de Yahveh - la merced y la compasión. (Jeremías 16, 5)

  • Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en recocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza; (Jeremías 31, 13)

  • Ha cesado la alegría de nuestro corazón, se ha trocado en duelo nuestra danza. (Lamentaciones 5, 15)

  • Con gozo los había yo criado, y los he despedido con lágrimas y duelo. (Baruc 4, 11)

  • Os despedí con duelo y lágrimas, pero Dios os devolverá a mí entre contento y regocijo para siempre. (Baruc 4, 23)

  • Yo le quitaré su alborozo de ciudad bien poblada y en duelo se trocará su orgullo. (Baruc 4, 34)

  • Jerusalén, quítate tu ropa de duelo y aflición, y vístete para siempre el esplendor de la gloria que viene de Dios. (Baruc 5, 1)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina