Fundar 255 Resultados para: dioses

  • los avvitas hicieron un Nibjaz y un Tartaq y los sefarvitas quemaban a sus hijos en honor de Adrammélek y Anammélek, dioses de los sefarvitas. (II Reyes 17, 31)

  • Reverenciaban a Yahveh y servían a sus dioses según el rito de las naciones de donde habían sido deportados. (II Reyes 17, 33)

  • Yahveh hizo una alianza con ellos y les dio esta orden: «No reverenciaréis dioses extraños, no os postraréis ante ellos, no les serviréis y no les ofreceréis sacrificios. (II Reyes 17, 35)

  • Guardaréis los preceptos, los ritos, la ley y los mandamientos que os dio por escrito para cumplirlos todos los días, y no reverenciaréis dioses extraños. (II Reyes 17, 37)

  • No olvidaréis la alianza que hice con vosotros y no reverenciaréis dioses extraños, (II Reyes 17, 38)

  • ¿Acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria? (II Reyes 18, 33)

  • ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad, dónde están los dioses de Sefarváyim, de Hená y de Ivvá? ¿Acaso han librado a Samaría de mi mano? (II Reyes 18, 34)

  • ¿Quiénes, de entre todos los dioses de los países, los han librado de mi poder para que libre Yahveh a Jerusalén de mi mano?» (II Reyes 18, 35)

  • ¿Acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres aniquilaron, a Gozán, a Jarán, a Résef, a los edenitas que estaban en Tel Basar? (II Reyes 19, 12)

  • y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino hechuras de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han sido aniquilados. (II Reyes 19, 18)

  • porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses irritandome con todas las obras de sus manos. Mi cólera se ha encendido contra este lugar y no se apagará." (II Reyes 22, 17)

  • Pero fueron infieles al Dios de sus padres y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del país que Dios había destruido delante de ellos. (I Crónicas 5, 25)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina