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«Toma la vara y reúne a la comunidad, tú con tu hermano Aarón. Hablad luego a la peña en presencia de ellos, y ella dará sus aguas. Harás brotar para ellos agua de la peña, y darás de beber a la comunidad y a sus ganados.» (Números 20, 8)
Lo tomarás de la mitad que les corresponde y se lo darás al sacerdote Eleazar, como reserva para Yahveh. (Números 31, 29)
Y de la mitad de los israelitas, uno por cada cincuenta, sean hombres, bueyes, asnos u ovejas, cualquier clase de bestias, y se lo darás a los levitas, que están encargados del ministerio de la Morada de Yahveh. (Números 31, 30)
No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, (Deuteronomio 5, 9)
«No darás testimonio falso contra tu prójimo. (Deuteronomio 5, 20)
No emparentarás con ellas, no darás tu hija a su hijo ni tomarás su hija para tu hijo. (Deuteronomio 7, 3)
Destruirás, pues, todos esos pueblos que Yahveh tu Dios te entrega, sin que tu ojo tenga piedad de ellos; y no darás culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti. (Deuteronomio 7, 16)
No comeréis ninguna bestia muerta. Se la darás al forastero que vive en tus ciudades para que él la coma, o bien véndesela a un extranjero. Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. (Deuteronomio 14, 21)
le harás algún presente de tu ganado menor, de tu era y de tu lagar; le darás según como te haya bendecido Yahveh tu Dios. (Deuteronomio 15, 14)
Le darás las primicias de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, así como las primicias del esquileo de tu ganado menor. (Deuteronomio 18, 4)
Llevarás en tu equipo una estaca, y cuando vayas a evacuar afuera, harás un hoyo con la estaca, te darás vuelta, y luego taparás tus excrementos. (Deuteronomio 23, 14)
Le darás cada día su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. Así no apelará por ello a Yahveh contra ti, y no te cargarás con un pecado. (Deuteronomio 24, 15)
