Fundar 22 Resultados para: corriendo

  • Y apresuradamente vació su cántaro en el abrevadero y corriendo otra vez al pozo sacó agua para todos los camellos. (Génesis 24, 20)

  • Josué envió emisarios, que fueron corriendo a la tienda, y en efecto el manto estaba escondido en la tienda y la plata debajo. (Josué 7, 22)

  • Un hombre de Benjamín salió corriendo del campo de batalla y llegó a Silo aquel mismo día, con los vestidos rotos y la cabeza cubierta de polvo. (I Samuel 4, 12)

  • Estaba David entre las dos puertas. El centinela que estaba en el terrado de la puerta, sobre la muralla, alzó la vista y vio a un hombre que venía corriendo solo. (II Samuel 18, 24)

  • Gritó el centinela y se lo comunicó al rey y el dijo: «Si viene solo, hay buenas noticias en su boca.» Mientras éste se acercaba corriendo, (II Samuel 18, 25)

  • vio el centinela otro hombre corriendo y gritó el centinela de la puerta: «Ahí viene otro hombre solo, corriendo.» Dijo el rey: «También éste trae buenas noticias.» (II Samuel 18, 26)

  • Acudieron todos corriendo, desde el más grande al más chico, porque no tenían esperanza de que ella volviera; abrieron, pues, la puerta, las recibieron, y encendiendo una hoguera para que se pudiera ver, hicieron corro en torno a ellas. (Judit 13, 13)

  • Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo. Mas yo jamás derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios. (Salmos 16, 4)

  • y él, como un esposo que sale de su tálamo, se recrea, cual atleta, corriendo su carrera. (Salmos 19, 6)

  • Sucedió que durante cerca de cuarenta días aparecieron en toda la ciudad, corriendo por los aires, jinetes vestidos de oro, tropas armadas distribuidas en cohortes, (II Macabeos 5, 2)

  • Con aliento todavía y enardecido su ánimo, se levantó derramando sangre a torrentes; a pesar de las graves heridas, atravesó corriendo por entre las tropas, y se puso sobre una roca escarpada. (II Macabeos 14, 45)

  • Todo aquello pasó como una sombra, como noticia que va corriendo; (Sabiduría 5, 9)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina