Fundar 79 Resultados para: cayeron

  • El total de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue 12.000, todos los habitantes de Ay. (Josué 8, 25)

  • Abimélek persiguió a Gaal, pero se le escapó; y muchos cayeron muertos antes de llegar a la puerta. (Jueces 9, 40)

  • Cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Angel de Yahveh subía en la llama. Manóaj y su mujer lo estaban viendo y cayeron rostro en tierra. (Jueces 13, 20)

  • Cayeron de Benjamín 18.000 hombres, todos ellos hombres valerosos. (Jueces 20, 44)

  • El tota de los benjaminitas que cayeron aquel día fue de 25.000 hombres, armados de espada, todos ellos hombres valerosos. (Jueces 20, 46)

  • Trabaron batalla los filisteos contra Israel y huyeron los hombres de Israel ante los filisteos y cayeron heridos de muerte en el monte Gelboé. (I Samuel 31, 1)

  • ¡Cómo cayeron los héroes en medio del combate! ¡Jonatán! Por tu muerte estoy herido, (II Samuel 1, 25)

  • ¡Cómo cayeron los héroes, cómo perecieron las armas de combate! (II Samuel 1, 27)

  • Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y le hundió la espada en el costado; así cayeron todos a la vez, por lo que aquel lugar se llamó: «Campo de los costados»; está en Gabaón. (II Samuel 2, 16)

  • Los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab; cayeron algunos del ejército de entre los veteranos de David; y murió también Urías el hitita. (II Samuel 11, 17)

  • y los puso en manos de los gagaonitas que los despeñaron en el monte ante Yahveh. Cayeron los siete a la vez; fueron muertos en los primeros días de la cosecha, al comienzo de la siega de la cebada. (II Samuel 21, 9)

  • Rispá, hija de Ayyá, tomó un sayal y se lo tendía sobre la roca desde el comienzo de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del cielo; no dejaba que se pararan junto a ellos las aves del cielo por el día ni las bestias del campo por la noche. (II Samuel 21, 10)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina