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Les preguntó: «¿Qué aspecto tenía el hombre que os salió al paso y os dijo estas palabras?» (II Reyes 1, 7)
Por lo demás, eres tan bella de aspecto como prudente en tus palabras. Si haces lo que has prometido, tu Dios será mi Dios, vivirás en el palacio del rey Nabucodonosor y serás famosa en toda la tierra.» (Judit 11, 23)
Franqueando todas las puertas, llegó hasta la presencia del rey; estaba el rey sentado en el trono real, revestido de las vestiduras de las ceremonias públicas, cubierto de oro y piedras preciosas y con aspecto verdaderamente impresionante. (Ester 15, 9)
El ver la figura del sumo sacerdote llegaba a partir el alma, pues su aspecto y su color demudado manifestaban la angustia de su alma. (II Macabeos 3, 16)
A Eleazar, uno de los principales escribas, varón de ya avanzada edad y de muy noble aspecto, le forzaban a abrir la boca y a comer carne de puerco. (II Macabeos 6, 18)
Entonces Macabeo, al observar la presencia de las tropas, la variedad de las armas preparadas y el fiero aspecto de los elefantes, extendió las manos al cielo e invocó al Señor que hace prodigios, pues bien sabía que, no por medio de las armas, sino según su decisión, concede él la victoria a los que la merecen. (II Macabeos 15, 21)
capaces, no ya de aniquilarlos con sus ataques, sino de destruirlos con sólo su estremecedor aspecto. (Sabiduría 11, 19)
para que aquéllos, aun ansiando el alimento, por el asqueroso aspecto de los bichos que les enviabas, hasta el apetito natural perdiesen, y éstos, pasadas unas breves privaciones, viniesen a gustar manjares exquisitos. (Sabiduría 16, 3)
Pues ni el escondrijo que les protegía les libraba del miedo; que también allí resonaban ruidos escalofriantes y se aparecían espectros sombríos de lúgubre aspecto. (Sabiduría 17, 4)
No alabes nunca a un hombre por su buen parecer, ni abomines de nadie por su aspecto. (Eclesiástico 11, 2)
Por la mirada se reconoce al hombre, por el aspecto del rostro se reconoce al pensador. (Eclesiástico 19, 29)
Así como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana - (Isaías 52, 14)
