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  • Como grulla, como golondrina chirrío, zureo como paloma. Se consumen mis ojos de mirar hacia arriba. Yahveh, estoy oprimido, sal por mí. (Isaías 38, 14)

  • ¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido! (Isaías 60, 1)

  • Por eso ha de enlutarse la tierra, y se oscurecerán los cielos arriba; pues tengo resuelta mi decisión y no me pesará ni me volveré atrás de ella. (Jeremías 4, 28)

  • ¡Pues arriba y subamos de noche y destruiremos sus alcázares!» (Jeremías 6, 5)

  • Así dice Yahveh: Si fueren medidos los cielos por arriba, y sondeadas las bases de la tierra por abajo, entonces también yo renegaría de todo el linaje de Israel por todo cuanto hicieron - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 31, 37)

  • Hizo menudear los tropezones, hasta hacer caer al uno sobre el otro; y decía: «Arriba, y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra patria, ante la espada irresistible.» (Jeremías 46, 16)

  • Escribió, pues, Jeremías todo el mal que había de sobrevenir a Babilonia en un libro - todas estas palabras arriba escritas acerca de Babilonia - (Jeremías 51, 60)

  • Vi luego como el fulgor del electro, algo como un fuego que formaba una envoltura, todo alrededor, desde lo que parecía ser sus caderas para arriba; y desde lo que parecía ser sus caderas para abajo, vi algo como fuego que porducía un resplandor en torno, (Ezequiel 1, 27)

  • Miré: había allí una forma con aspecto de hombre. Desde lo que parecían ser sus caderas para abajo era de fuego, y desde sus caderas para arriba era algo como un resplandor, como el fulgor del electro. (Ezequiel 8, 2)

  • La anchura de las celdas aumentaba a medida que se subía, ensanchamiento que se lograba, a costa del muro, según se subía, y todo alrededor de la Casa; por eso el interior se ensanchaba por arriba. Del piso inferior se subía al del medio, y de éste al superior. (Ezequiel 41, 7)

  • Yo había destruido al amorreo delante de ellos, que era alto como la altura de los cedros y fuerte como las encinas; yo había destruido su fruto por arriba y sus raíces por abajo. (Amós 2, 9)

  • En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron. (Mateo 27, 51)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina