Fundar 118 Resultados para: amar al prójimo
Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y comerán cada uno la carne de su prójimo, en el aprieto y la estrechez con que les estrecharán sus enemigos y los que busquen su muerte.» (Jeremías 19, 9)
Muchas gentes pasarán a la vera de esta ciudad y dirán cada cual a su prójimo: «¿Por qué ha hecho Yahveh semejante cosa a esta gran ciudad?» (Jeremías 22, 8)
¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho! De su prójimo se sirve de balde y su trabajo no le paga. (Jeremías 22, 13)
Así os diréis cada uno a su prójimo, y cada uno a su hermano: «¿Qué ha respondido Yahveh?, ¿qué ha dicho Yahveh?» (Jeremías 23, 35)
Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande - - oráculo de Yahveh - cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme. (Jeremías 31, 34)
Hija eres, sí, de tu madre, que dejó de amar a sus maridos y a sus hijos, y hermana de tus hermanas, que dejaron de amar a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre era una hitita y vuestro padre un amorreo. (Ezequiel 16, 45)
no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de Israel, no contamina a la mujer de su prójimo, ni se acerca a una mujer durante su impureza, (Ezequiel 18, 6)
que él mismo no había hecho, un hijo que come en los montes, contamina a la mujer de su prójimo, (Ezequiel 18, 11)
que no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de Israel, no contamina a la mujer de su prójimo, (Ezequiel 18, 15)
Un comete abominación con la mujer de su prójimo, el otro se contamina de manera infame con su nuera, otro hace violencia a su hermana, la hija de su propio padre; (Ezequiel 22, 11)
en ti se acepta soborno para derramar sangre; tomas a usura e interés, explotas a tu prójimo con violencia, y te has olvidado de mí, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 22, 12)
Confiáis en vuestras espadas, cometéis abominación, cada cual contamina a la mujer de su prójimo, ¡y vais a poseer esta tierra! (Ezequiel 33, 26)