Fundar 263 Resultados para: aguas

  • Vinieron los reyes, combatieron, entonces combatieron los reyes de Canaán, en Tanak, en las aguas de Meguiddó, mas sin lograr botín de plata. (Jueces 5, 19)

  • Llegó David a Baal Perasim. Allí los derrotó David y dijo: «Yahveh me ha abierto brecha entre mis enemigos como brecha de aguas.» Por eso se llamó aquel lugar Baal Perasim. (II Samuel 5, 20)

  • Se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las aguas, espesos nubarrones. (II Samuel 22, 12)

  • Extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de las profundas aguas. (II Samuel 22, 17)

  • Yahveh golpeará a Israel como las aguas agitan una caña, y arrojará a Israel de esta tierra buena que dio a sus padres, y los dispersará al otro lado del Río, porque hicieron sus cipos que irritaban a Yahveh. (I Reyes 14, 15)

  • Tomó Elías su manto, lo enrolló y golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto. (II Reyes 2, 8)

  • Tomó el manto de Elías y golpeó las aguas diciendo: ¿Dónde está Yahveh, el Dios de Elías?» Golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasó Eliseo. (II Reyes 2, 14)

  • Los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: «El emplazamiento de la ciudad es bueno, como mi señor puede ver, pero las aguas son malas y la tierra es estéril.» (II Reyes 2, 19)

  • Fue al manantial de las aguas, arrojó en él la sal y dijo: «Así dice Yahveh: Yo he saneado estas aguas; ya no habrá en ellas muerte ni esterilidad.» (II Reyes 2, 21)

  • Y las aguas quedaron saneadas hasta el día de hoy, según la palabra que dijo Eliseo. (II Reyes 2, 22)

  • A la mañana, a la hora de alzar la oblación, venían las aguas de la parte de Edom y la tierra se llenó de agua. (II Reyes 3, 20)

  • Al levantarse de mañana brillaba el sol sobre las aguas y los moabitas vieron enfrente las aguas rojas como la sangre, (II Reyes 3, 22)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina