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¿Por qué habéis de decir que estáis privados de ella, cuando vuestras almas tienen tanta sed? (Eclesiástico 51, 24)
se llenó su tierra de plata y oro, y no tienen límite sus tesoros; se llenó su tierra de caballos, y no tienen límite sus carros; (Isaías 2, 7)
Por eso una maldición ha devorado la tierra, y tienen la culpa los que habitan en ella. Por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra, y quedan pocos del linaje humano. (Isaías 24, 6)
El copero mayor dijo: «¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas cosas a tu señor, o a ti, y no a los hombres que se encuentran sobre la muralla, que tienen que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?» (Isaías 36, 12)
No reflexionan, no tienen ciencia ni entendimiento para decirse: «He quemado una mitad, he cocido pan sobre las brasas; he asado carne y la he comido; y ¡voy a hacer con lo restante algo abominable! ¡voy a inclinarme ante un trozo de madera! (Isaías 44, 19)
Palpamos la pared como los ciegos y como los que no tienen ojos vacilamos. Tropezamos al mediodía como si fuera al anochecer, y habitamos entre los sanos como los muertos. (Isaías 59, 10)
- Ea, oíd esto, pueblo necio y sin seso - tienen ojos y no ven, orejas y no oyen -: (Jeremías 5, 21)
Son como espantajos de pepinar, que ni hablan. Tienen que ser tranportados, porque no andan. No les tengáis miedo, que no hacen ni bien ni mal. (Jeremías 10, 5)
Tu llevas la razón, Yahveh, cuando discuto contigo, no obstante, voy a tratar contigo un punto de justicia. ¿Por qué tienen suerte los malos, y son felices todos los felones? (Jeremías 12, 1)
¿No has visto qué ha dicho este pueblo?: «Los dos linajes que había elegido Yahveh, los ha rechazado», y a mi pueblo menosprecian, como que ni lo tienen por nación. (Jeremías 33, 24)
En cuanto a la peble baja, los que no tienen nada, hízoles quedar Nebuzaradán, jefe de la guardia, en tierra de Judá, y en aquella ocasión les dio viñas y parcelas. (Jeremías 39, 10)
Pues así dice Yahveh: Conque los que no tienen por qué beber la copa la beben, ¿y tú precisamente vas a quedar impune? No quedarás impune, antes sin falta la beberás. (Jeremías 49, 12)