Fundar 48 Resultados para: Sagrado

  • ¡Rendid a Yahveh la gloria de su Nombre! Traed ofrendas y en sus atrios entrad. ¡Postraos ante Yahveh en esplendor sagrado! (I Crónicas 16, 29)

  • Si las gentes del país traen, en día de sábado, mercancías o cualquier otra clase de comestibles para vender, nada les compraremos en día de sábado ni en día sagrado. En el año séptimo abandonaremos el producto de la tierra y todas las deudas. (Nehemías 10, 32)

  • Rendid a Yahveh la gloria de su nombre, postraos ante Yahveh en esplendor sagrado. (Salmos 29, 2)

  • Reina Dios sobre las naciones, Dios, sentado en su sagrado trono. (Salmos 47, 9)

  • Salmo. De Asaf. Oh Dios, han invadido tu heredad las gentes, han profanado tu sagrado Templo; han dejado en ruinas a Jerusalén, (Salmos 79, 1)

  • postraos ante Yahveh en esplendor sagrado, ¡tiemble ante su faz la tierra entera! (Salmos 96, 9)

  • Para ti el principado el día de tu nacimiento, en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu juventud. (Salmos 110, 3)

  • Una vez que los sacerdotes del templo de Nanea las hubieron expuesto y que él se hubo presentado con unas pocas personas en el recinto sagrado, cerraron el templo en cuanto entró Antíoco. (II Macabeos 1, 15)

  • el rey después de verificar tal hecho mandó alzar una cerca haciendo sagrado el lugar. (II Macabeos 1, 34)

  • Además mandó a Esdrías que leyera el libro sagrado; luego, dando como consigna «Auxilio de Dios», él mismo al frente del primer cuerpo trabó combate con Nicanor. (II Macabeos 8, 23)

  • Un tal Alcimo, que antes había sido sumo sacerdote, pero que se había contaminado voluntariamente en tiempo de la rebelión, pensando que de ninguna forma había para él salvación ni acceso posible al altar sagrado, (II Macabeos 14, 3)

  • Entonces él extendiendo la diestra hacia el santuario, hizo este juramento: «Si no me entregáis encadenado a Judas, arrasaré este recinto sagrado de Dios, destruiré el altar, y aquí mismo levantaré un espléndido Templo a Dióniso.» (II Macabeos 14, 33)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina