Fundar 78 Resultados para: Job

  • Cuando los israelitas lo supieron, todos, como un solo hombre, se lanzaron sobre los asirios y los batieron hasta Jobá. También acudieron los de Jerusalén y los de la montaña, porque también a ellos se les dio noticia de lo sucedido en el campo enemigo; de igual modo, los de Galaad y Galilea, atacándoles de flanco, les hicieron enorme estrago hasta que pudieron refugiarse en Damasco y su región. (Judit 15, 5)

  • Había una vez en el país de Us un hombre llamado Job: hombre cabal, recto, que temía a Dios y se apartaba del mal. (Job 1, 1)

  • Al terminar los días de estos convites, Job les mandaba a llamar para purificarlos; luego se levantaba de madrugada y ofrecía holocaustos por cada uno de ellos. Porque se decía: «Acaso mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón.» Así hacía Job siempre. (Job 1, 5)

  • Y Yahveh dijo al Satán: «¿No te has fijado en mi siervo Job? ¡No hay nadie como él en la tierra; es un hombre cabal, recto, que teme a Dios y se aparta del mal!» (Job 1, 8)

  • Respondió el Satán a Yahveh: «Es que Job teme a Dios de balde? (Job 1, 9)

  • vino un mensajero donde Job y le dijo: «Tus bueyes estaban arando y las asnas pastando cerca de ellos; (Job 1, 14)

  • Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rapó la cabeza, y postrado en tierra, (Job 1, 20)

  • En todo esto no pecó Job, ni profirió la menor insensatez contra Dios. (Job 1, 22)

  • Y Yahveh dijo al Satán: «¿Te has fijado en mi siervo Job? ¡No hay nadie como él en la tierra: es un hombre cabal, recto, que teme a Dios y se aparta del mal! Aún persevera en su entereza, y bien sin razón me has incitado contra él para perderle.» (Job 2, 3)

  • El Satán salió de la presencia de Yahveh, e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. (Job 2, 7)

  • Job tomó una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura. (Job 2, 8)

  • Pero él le dijo: «Hablas como una estúpida cualquiera. Si aceptamos de Dios el bien, ¿no aceptaremos el mal?» En todo esto no pecó Job con sus labios. (Job 2, 10)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina