Fundar 111 Resultados para: Furor

  • sobre mí pesa tu furor, con todas tus olas me hundes. (Salmos 88, 8)

  • ¿Hasta cuándo te esconderás, Yahveh? ¿arderá tu furor por siempre como fuego? (Salmos 89, 47)

  • Pues por tu cólera somos consumidos, por tu furor anonadados. (Salmos 90, 7)

  • Hablaba ya de exterminarlos, si no es porque Moisés, su elegido, se mantuvo en la brecha en su presencia, para apartar su furor de destruirlos. (Salmos 106, 23)

  • Me arrebata el furor por los impíos que abandonan tu ley. (Salmos 119, 53)

  • Formaron así un ejército e hirieron en su ira a los pecadores, y a los impíos en su furor. Los restantes tuvieron que huir a tierra de gentiles buscando su salvación. (I Macabeos 2, 44)

  • Colérico, les dijo con juramento: «Si esta vez no se me entrega Judas y su ejército en mis manos, cuando vuelva, hecha la paz, prenderé fuego a esta Casa.» Y salió lleno de furor. (I Macabeos 7, 35)

  • Provisto del mandato real, se volvió sin poseer nada digno del sumo sacerdocio, sino más bien el furor de un cruel tirano y la furia de una bestia salvaje. (II Macabeos 4, 25)

  • Arrebatado de furor, pensaba vengar en los judíos la afrenta de los que le habían puesto en fuga, y por eso ordenó al conductor que hiciera avanzar el carro sin parar hasta el término del viaje. Pero ya el juicio del Cielo se cernía sobre él, pues había hablado así con orgullo: «En cuanto llegue a Jerusalén, haré de la ciudad una fosa común de judíos.» (II Macabeos 9, 4)

  • Pero él de ningún modo cesaba en su arrogancia; estaba lleno todavía de orgullo, respiraba el fuego de su furor contra los judíos y mandaba acelerar la marcha. Pero sucedió que vino a caer de su carro que corría velozmente y, con la violenta caída, todos los miembros de su cuerpo se le descoyuntaron. (II Macabeos 9, 7)

  • Amanecido el quinto día, veinte jóvenes de las tropas de Macabeo, encendidos en furor a causa de las blasfemias, se lanzaron valientemente contra la muralla y con fiera bravura herían a cuantos se ponían delante. (II Macabeos 10, 35)

  • Una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la ira. (Proverbios 15, 1)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina