Fundar 36 Resultados para: Adversario

  • Zain. Jerusalén recuerda sus días de miseria y vida errante, cuando a manos del adversario sucumbía su pueblo, sin que nadie viniera en su ayuda. Los adversarios la miraban, riéndose de su ruina. (Lamentaciones 1, 7)

  • Yod. El adversario ha echado mano a todos sus tesoros; ha visto ella a las gentes entrar en su santuario, aquellos de quienes tú ordenaste: «¡No entrarán en tu asamblea!» (Lamentaciones 1, 10)

  • Dálet. Ha tensado su arco, igual que un enemigo, ha afirmado su diestra; como un adversario ha matado a todos los que eran encanto de los ojos; en la tienda de la hija de Sión ha vertido su furor como fuego. (Lamentaciones 2, 4)

  • Lámed. Nunca creyeron los reyes de la tierra ni cuantos moran en el mundo, que el adversario y el enemigo entrarían por las puertas de Jerusalén. (Lamentaciones 4, 12)

  • Por eso, así dice el Señor Yahveh: El adversario invadirá la tierra, abatirá tu fortaleza y serán saqueados tus palacios. (Amós 3, 11)

  • Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. (Mateo 5, 25)

  • Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. (Lucas 12, 58)

  • Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: "¡Hazme justicia contra mi adversario!" (Lucas 18, 3)

  • el Adversario que se eleva sobre todo lo que que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios. (II Tesalonicenses 2, 4)

  • Quiero, pues, que las jóvenes se casen, que tengan hijos y que gobiernen la propia casa y no den al adversario ningún motivo de hablar mal; (I Timoteo 5, 14)

  • palabra sana, intachable, para que el adversario se avergüence, no teniendo nada malo que decir de nosotros. (Tito 2, 8)

  • Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. (I Pedro 5, 8)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina