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Porque son muchas nuestras rebeldías delante de ti y nuestros pecados atestiguan contra nosotros; sí, nuestras rebeldías nos acompañan y conocemos bien nuestras iniquidades: (Isaías 59, 12)
Por eso los ataca el león de la selva, los devasta el lobo de las estepas, el leopardo está al acecho frente a sus ciudades: todo el que sale de ellas es despedazado. Porque son numerosas sus rebeldías, incontables sus apostasías. (Jeremías 5, 6)
Sus adversarios han prevalecido, sus enemigos están tranquilos, porque el Señor la ha llenado de aflicción por sus muchas rebeldías. Sus niños han partido al cautiverio delante del adversario. (Lamentaciones 1, 5)
Él ha vigilado mis rebeldías, ellas se entrelazan en su mano. Su yugo está sobre mi cuello, hace flaquear mi fuerza. El Señor me ha puesto en unas manos a las que no puedo resistir. (Lamentaciones 1, 14)
¡Que llegue hasta tu presencia toda su maldad! Trátalos como me trataste a mí por todas mis rebeldías, porque son muchos mis gemidos y mi corazón está sufriendo. (Lamentaciones 1, 22)
Así, nunca más el pueblo de Israel andará errante lejos de mí, y no volverá a mancharse con todas sus rebeldías: ellos serán mi Pueblo y yo seré su Dios -oráculo del Señor-. (Ezequiel 14, 11)
Por eso, casa de Israel, yo los juzgaré a cada uno de ustedes según su conducta -oráculo del Señor-. Conviértanse y apártense de todas sus rebeldías, de manera que nada los haga caer en el pecado. (Ezequiel 18, 30)
Arrojen lejos de ustedes todas las rebeldías que han cometido contra mí y háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué quieres morir, casa de Israel? (Ezequiel 18, 31)
Por eso, así habla el Señor: Porque ustedes, al ser descubiertas sus rebeldías, al ponerse en evidencia los pecados que han cometido en todas sus acciones, han hecho que se les recordara su delito; y porque se han acordado de ustedes, por eso, serán capturados. (Ezequiel 21, 29)
Y tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Ustedes andan diciendo: "Nuestras rebeldías y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo a causa de ellos. ¿Cómo podremos vivir?". (Ezequiel 33, 10)
Ya no volverán a contaminarse con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeldías. Los salvaré de sus pecados de apostasía y los purificaré: ellos serán mi Pueblo y yo seré su Dios. (Ezequiel 37, 23)
Los traté conforme a su impureza y a sus rebeldías, y les oculté mi rostro. (Ezequiel 39, 24)
