Fundar 26 Resultados para: planta

  • Planta a tu pueblo en tu Lugar santo, conforme a lo que dijo Moisés". (II Macabeos 1, 29)

  • No hay remedio para el mal del orgulloso, porque una planta maligna ha echado raíces en él. (Eclesiástico 3, 28)

  • de la planta de los pies a la cabeza, no hay nada intacto: ¡heridas, contusiones, llagas vivas, que no han sido curadas ni vendadas, ni aliviadas con aceite! (Isaías 1, 6)

  • Una vez igualada la superficie, ¿no siembra el hinojo y esparce el comino, planta el trigo en hileras, la cebada en el lugar señalado y la espelta en sus linderos? (Isaías 28, 25)

  • Los hijos de tus opresores irán a inclinarse ante ti, y todos los que te despreciaban se postrarán ante la planta de tus pies y te llamarán: "Ciudad del Señor", "Sión del Santo de Israel". (Isaías 60, 14)

  • ¡Y eso que yo te había plantado con cepas escogidas, todas de simiente genuina! ¿Cómo entonces te has vuelto una planta degenerada, una viña bastarda? (Jeremías 2, 21)

  • La voz me dijo: "Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se asienta la planta de mis pies. Aquí habitaré para siempre en medio de los israelitas. El pueblo de Israel no profanará más mi Nombre: ni ellos ni sus reyes con sus prostituciones, ni los cadáveres de sus reyes con sus tumbas. (Ezequiel 43, 7)

  • Entonces el Señor hizo crecer allí una planta de ricino, que se levantó por encima de Jonás para darle sombra y librarlo de su disgusto. Jonás se puso muy contento al ver esa planta. (Jonás 4, 6)

  • Ustedes pisotearán a los impíos, que serán ceniza bajo la planta de sus pies, en el Día que yo preparo, dice el Señor de los ejércitos. (Malaquías 3, 21)

  • Él les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz. (Mateo 15, 13)

  • Ni el que planta ni el que riega valen algo, sino Dios, que hace crecer. (I Corintios 3, 7)

  • No hay ninguna diferencia entre el que planta y el que riega; sin embargo, cada uno recibirá su salario de acuerdo con el trabajo que haya realizado. (I Corintios 3, 8)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina