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  • Ellas les respondieron: "Sí, por ahí derecho, pero apúrense. Precisamente acaba de llegar a la ciudad, porque hoy se ofrece un sacrificio público en el lugar alto. (I Samuel 9, 12)

  • Tú sabes que estoy aquí por necesidad; yo aborrezco la insignia fastuosa que ciñe mi frente cuando aparezco en público: la aborrezco como un paño ensangrentado, y nunca la uso cuando estoy a solas. (Ester 14, 16)

  • Además, expondrán en todo lugar público la copia de esta carta, dejarán que los judíos vivan de acuerdo con sus costumbres, (Ester 16, 19)

  • Antes bien, han creado un Senado, donde cada día sesionan trescientos veinte senadores, que deliberan constantemente sobre los asuntos del pueblo, a fin de asegurar el orden público. (I Macabeos 8, 15)

  • Por instigación de Tolomeo, se publicó un decreto dirigido a las ciudades griegas de los alrededores, obligándolas a que procedieran de la misma manera contra los judíos y los hicieran participar en los banquetes rituales. (II Macabeos 6, 8)

  • El Macabeo, no teniendo otra preocupación que el bien público, accedió a todas las propuestas de Lisias; y el rey concedió todo lo que el Macabeo había pedido por escrito a Lisias en favor de los judíos. (II Macabeos 11, 15)

  • Nicanor, ensoberbecido sobremanera, había decidido levantar un monumento público, con los trofeos ganados a los hombres de Judas. (II Macabeos 15, 6)

  • El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes (Mateo 14, 6)

  • Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y allí permaneció con sus discípulos. (Juan 11, 54)

  • porque refutaba vigorosamente a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías. (Hechos 18, 28)

  • Ustedes saben que no he omitido nada que pudiera serles útil: les prediqué y les enseñé tanto en público como en privado, (Hechos 20, 20)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina