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El que sea sorprendido en posesión de los objetos condenados al exterminio, será quemado con todos sus bienes porque ha quebrantado la alianza del Señor y ha cometido una infamia en Israel". (Josué 7, 15)
Luego tomarán el Arca del Señor y la pondrán sobre el carro. Al lado de ella, en un cofre, colocarán los objetos de oro que le ofrecen en reparación. Después, la dejarán partir. (I Samuel 6, 8)
Mientras tanto, los levitas habían bajado el Arca del Señor y el cofre que estaba con ella, donde se encontraban los objetos de oro, y los depositaron sobre la piedra grande. La gente de Bet Semes ofreció aquel día holocaustos y sacrificios al Señor. (I Samuel 6, 15)
le envió a su hijo Iorám, para saludarlo y felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya que este era su rival. Iorám llevó consigo objetos de plata, oro y bronce, (II Samuel 8, 10)
y el rey David consagró también esos objetos, como lo había hecho con la plata y el oro provenientes de todas las naciones que había sometido: (II Samuel 8, 11)
las ollas, las palas y los aspersorios. Todos esos objetos que hizo Jirám para el rey Salomón, en la Casa del Señor, eran de bronce bruñido. (I Reyes 7, 45)
Salomón mandó hacer asimismo todos los objetos que estaban en la Casa del Señor: el altar de oro y la mesa sobre la que se ponía el pan de la ofrenda, hecha también de oro; (I Reyes 7, 48)
y subieron el Arca del Señor, con la Carpa del Encuentro y todos los objetos sagrados que había en la Carpa. Los que trasladaron todo eso fueron los sacerdotes y los levitas. (I Reyes 8, 4)
Y cada uno aportaba sus presentes: objetos de plata y oro, trajes, armas, perfumes, caballos y mulas. Así, año tras año. (I Reyes 10, 25)
Sin embargo, con el dinero que se aportaba para la Casa del Señor no se hacían fuentes de plata, ni cuchillos, ni aspersorios, ni trompetas, ni objetos de oro o plata, (II Reyes 12, 14)
Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos que habían consagrado Josafat, Jorám y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, y los que él mismo había consagrado, así como también todo el oro que había en los tesoros de la Casa del Señor y de la casa del rey, y envió todo eso a Jazael, rey de Arám. Así este se alejó de Jerusalén. (II Reyes 12, 19)
Se apoderó de todo el oro y la plata y de todos los objetos que había en la Casa del Señor y en los tesoros de la casa del rey, se llevó algunos rehenes, y se volvió a Samaría. (II Reyes 14, 14)