Fundar 1069 Resultados para: nacimiento de Jesús
¡Feliz de ti, nación, si tienes por rey a un noble de nacimiento, y tus príncipes comen cuando es debido, para reparar sus fuerzas y no para embriagarse! (Eclesiastés 10, 17)
Acuérdate de tu padre y de tu madre, cuando te sientes en medio de los grandes, no sea que los olvides en presencia de ellos y te comportes como un necio. Porque entonces preferirías no haber nacido y maldecirías el día de tu nacimiento. (Eclesiástico 23, 14)
Una instrucción de sabiduría y de ciencia es la que dejó grabada en este libro Jesús, hijo de Sirá, hijo de Eleazar, de Jerusalén, que derramó como lluvia la sabiduría de su corazón. (Eclesiástico 50, 27)
Lleven a cabo su obra antes del tiempo fijado, y él les dará la recompensa a su debido tiempo. Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá.La Sabiduría, don del Señor (Eclesiástico 51, 30)
Tú dirás: Así habla el Señor a Jerusalén: Por tus orígenes y tu nacimiento, perteneces al país de Canaán; tu padre era un amorreo y tu madre una hitita. (Ezequiel 16, 3)
de la siguiente manera lo sortearán como herencia para ustedes y para los extranjeros que residan y tengan hijos en medio de ustedes, porque a ellos deberán tratarlos como a un israelita de nacimiento: así ellos recibirán una herencia con ustedes, entre las tribus de Israel. (Ezequiel 47, 22)
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. (Mateo 1, 16)
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». (Mateo 1, 21)
y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús. (Mateo 1, 25)
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén (Mateo 2, 1)
Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. (Mateo 3, 13)
Pero Jesús le respondió: «Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo». Y Juan se lo permitió. (Mateo 3, 15)