Fundar 812 Resultados para: muerte de Saúl

  • ¿Quién puede contar el polvo de Jacob, o numerar la polvareda de Israel? ¡Que yo muera la muerte de los justos, y que mi fin sea como el suyo!". (Números 23, 10)

  • porque ellos acometieron contra ustedes con sus malas artes, en el incidente de Peor y en el de Cozbí -la hija del jefe madianita y hermana de ellos- que fue herida de muerte el día de la plaga motivada por el incidente de Peor". (Números 25, 18)

  • de Zéraj, el clan de los zerajitas; de Saúl, el clan de los saulitas. (Números 26, 13)

  • mientras los egipcios enterraban a sus primogénitos, que el Señor había herido de muerte, dando así un justo escarmiento a sus dioses. (Números 33, 4)

  • Pero el que mata a otro golpeándolo con un objeto de hierro, es un asesino, y el asesino será castigado con la muerte. (Números 35, 16)

  • Si lo mata de una pedrada capaz de causar la muerte, es un asesino, y el asesino será castigado con la muerte. (Números 35, 17)

  • Si lo mata golpeándolo con un palo capaz de causar la muerte, es un asesino, y el asesino será castigado con la muerte. (Números 35, 18)

  • Si el homicida mató a la víctima por odio, o si le arrojó intencionalmente un objeto capaz de causar la muerte, (Números 35, 20)

  • o si por enemistad lo hirió a golpes de puño hasta matarlo, el agresor será castigado con la muerte: es un asesino, y el vengador del homicidio lo matará apenas lo encuentre. (Números 35, 21)

  • o si dejó caer sobre él, inadvertidamente, una piedra capaz de matarlo y de esa manera le causó la muerte, sin tener odio contra él y sin desearle ningún mal, (Números 35, 23)

  • y librará a aquel de las manos de este. Luego la comunidad lo hará volver a la ciudad de refugio, adonde había huido, y él permanecerá allí hasta la muerte del Sumo Sacerdote que ha sido ungido con el óleo santo. (Números 35, 25)

  • porque el homicida debe permanecer en su ciudad de refugio hasta la muerte del Sumo Sacerdote, y solamente después podrá volver al lugar donde está su propiedad. (Números 35, 28)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina