Fundar 590 Resultados para: huida a Egipto

  • José instaló a su padre y a sus hermanos, dándoles una propiedad en Egipto, en las mejores tierras -en la región de Ramsés- como el Faraón lo había dispuesto. (Génesis 47, 11)

  • Como la escasez era muy grande, en ningún país había alimentos, y tanto Egipto como Canaán estaban exhaustos por el hambre. (Génesis 47, 13)

  • Así José pudo recaudar todo el dinero que circulaba en Egipto y en Canaán, como pago por los víveres que compraban, y guardó ese dinero en el palacio del Faraón. (Génesis 47, 14)

  • Y cuando ya no hubo más dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios acudieron en masa a José para decirle: "Danos de comer. ¿Por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, por falta de dinero?". (Génesis 47, 15)

  • De esa manera, José adquirió para el Faraón todas las tierras de Egipto, porque los egipcios, acosados por el hambre, vendieron cada uno su campo. La tierra pasó a ser propiedad del Faraón, (Génesis 47, 20)

  • Entonces José promulgó una ley agraria en Egipto -que todavía hoy está en vigencia- por la cual una quinta parte de las cosechas corresponde al Faraón. Sólo las tierras de los sacerdotes no pasaron a ser propiedad del Faraón. (Génesis 47, 26)

  • Los israelitas se establecieron en Egipto, en la región de Gosen, y allí adquirieron propiedades, tuvieron muchos hijos y llegaron a ser muy numerosos. (Génesis 47, 27)

  • Jacob vivió diecisiete años en Egipto, y en total vivió ciento cuarenta y siete años. (Génesis 47, 28)

  • Cuando estaba a punto de morir, llamó a su hijo José y le dijo: "Si realmente me tienes afecto, coloca tu mano debajo de mi muslo, como prueba de tu constante lealtad hacia mí, y no me entierres en Egipto. (Génesis 47, 29)

  • Cuando vaya a descansar junto con mis padres, sácame de Egipto y entiérrame en su sepulcro". José respondió: "Haré lo que dices". (Génesis 47, 30)

  • Ahora bien, los dos hijos que tuviste en Egipto antes que yo viniera a reunirme contigo, serán mis hijos. Efraím y Manasés serán míos, como lo son Rubén y Simeón. (Génesis 48, 5)

  • José partió entonces para ir a sepultar a su padre, y con él fueron todos los servidores del Faraón, los ancianos de su palacio y todos los ancianos de Egipto, (Génesis 50, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina