Fundar 590 Resultados para: gran aflicción

  • No, el Señor no rechazará a su pueblo, por el honor de su gran Nombre, porque él ha querido hacer de ustedes su pueblo. (I Samuel 12, 22)

  • Pero el pueblo replicó a Saúl: "¡Cómo va a morir Jonatán, que ha obtenido esta gran victoria en Israel! ¡De ninguna manera! ¡Por la vida del Señor, no caerá por tierra ni un solo cabello de su cabeza, porque él ha actuado hoy con la ayuda de Dios!". Así el pueblo libró a Jonatán, y él no murió. (I Samuel 14, 45)

  • David se presentó a Saúl y se puso a su servicio. Saúl le tomó un gran afecto y lo hizo su escudero. (I Samuel 16, 21)

  • Saúl y todo Israel, al oír estas palabras del filisteo, quedaron espantados y sintieron un gran temor. (I Samuel 17, 11)

  • Él se jugó la vida cuando derrotó al filisteo, y el Señor dio una gran victoria a todo Israel. Si tanto te alegraste al verlo, ¿por qué vas a pecar con sangre inocente, matando a David sin motivo?". (I Samuel 19, 5)

  • Al reanudarse la guerra, David salió a combatir contra los filisteos; les infligió una gran derrota y ellos huyeron ante él. (I Samuel 19, 8)

  • Entonces fue él personalmente a Ramá. Al llegar a la gran cisterna que está en Secú, Saúl preguntó: "¿Dónde están Samuel y David?". "Están en Naiot, cerca de Ramá", le respondieron. (I Samuel 19, 22)

  • David fue a Queilá con sus hombres; atacó a los filisteos, se llevó sus rebaños y les infligió una gran derrota. Así salvó David a los habitantes de Queilá. (I Samuel 23, 5)

  • Luego David cruzó al otro lado y se puso en la cima del monte, a lo lejos, de manera que había un gran espacio entre ellos. (I Samuel 26, 13)

  • Hoy yo he mostrado un gran aprecio por tu vida: ¡que el Señor muestre el mismo aprecio por la mía y me libre de todo peligro!". (I Samuel 26, 24)

  • El muchacho lo guió, y encontraron a los amalecitas desparramados por toda la comarca, comiendo, bebiendo y festejando por el gran botín que habían recogido en el país de los filisteos y en el país de Judá. (I Samuel 30, 16)

  • Poco después, los servidores de David llegaron con Joab de una incursión, trayendo un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, porque este lo había despedido y él se había ido en paz. (II Samuel 3, 22)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina