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  • "Está bien, dijo Labán, que sea como tú dices". (Génesis 30, 34)

  • Entonces el Señor le dijo: "Vuelve a la tierra de tus padres y de tu familia, y yo estaré contigo". (Génesis 31, 3)

  • y les dijo: "He advertido que el padre de ustedes ya no se comporta conmigo como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo. (Génesis 31, 5)

  • Entonces él me dijo: ‘Fíjate bien: todos los chivos que cubren a las cabras son rayados, manchados o moteados, porque yo me he dado cuenta de todo lo que te hizo Labán. (Génesis 31, 12)

  • Pero esa misma noche, Dios se apareció en sueños a Labán, el arameo, y le dijo: "Cuidado con entrometerte para nada en los asuntos de Jacob". (Génesis 31, 24)

  • Labán dijo entonces a Jacob: "¿Qué has hecho? ¡Me has engañado y te has llevado a mis hijas como prisioneras de guerra! (Génesis 31, 26)

  • Yo tengo poder suficiente para hacerles una mala jugada a todos ustedes. Sin embargo, ayer por la noche, el Dios de tu padre me dijo: ‘Cuidado con entrometerte para nada en los asuntos de Jacob’. (Génesis 31, 29)

  • Raquel dijo a su padre: "Que mi señor no lo tome a mal; pero no puedo ponerme de pie ante él, porque me sucede lo que es habitual en las mujeres". Y por más que buscó, no logró encontrar los ídolos. (Génesis 31, 35)

  • Labán por su parte, dijo a sus hermanos: "Recojan unas piedras". Ellos las recogieron, las amontonaron y comieron allí, sobre el montón de piedras. (Génesis 31, 46)

  • Además, le puso el nombre de Mispá, porque dijo: "Que el Señor nos vigile a los dos, cuando estemos lejos el uno del otro: (Génesis 31, 49)

  • Luego confió a sus servidores cada manada por separado, y les dijo: "Sigan adelante, pero dejen un espacio libre entre una manada y la otra". (Génesis 32, 17)

  • Luego dijo: "Déjame partir, porque ya está amaneciendo". Pero Jacob replicó: "No te soltaré si antes no me bendices". (Génesis 32, 27)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina