Fundar 545 Resultados para: deseo de muerte
¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón? (I Corintios 15, 55)
Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la ley. (I Corintios 15, 56)
Soportamos en nuestra propia carne una sentencia de muerte, y así aprendimos a no poner nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. (II Corintios 1, 9)
para estos, aroma de muerte, que conduce a la muerte; para aquellos, aroma de vida, que conduce a la Vida. ¿Y quién es capaz de cumplir semejante tarea? (II Corintios 2, 16)
Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte -grabado sobre piedras- fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor -aunque pasajero- de ese rostro, (II Corintios 3, 7)
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. (II Corintios 4, 10)
Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. (II Corintios 4, 11)
De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida. (II Corintios 4, 12)
en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo. (II Corintios 5, 9)
Yo deseo que me paguen con la misma moneda. Les hablo como a mis propios hijos: también ustedes abran su corazón. (II Corintios 6, 13)
No digo esto para condenarlos: como ya les dije, ustedes están en mi corazón, unidos en la vida y en la muerte. (II Corintios 7, 3)
Esa tristeza produce un arrepentimiento que lleva a la salvación y no se debe lamentar; en cambio, la tristeza del mundo produce la muerte. (II Corintios 7, 10)