Fundar 775 Resultados para: culto en espíritu y en verdad

  • La primera Alianza tenía un ritual para el culto y un santuario terrestre. (Hebreos 9, 1)

  • Dentro de este ordenamiento, los sacerdotes entran siempre al primer recinto para celebrar el culto. (Hebreos 9, 6)

  • El Espíritu Santo da a entender con esto que el camino del Santuario no es accesible mientras subsista el primer recinto. (Hebreos 9, 8)

  • Esto es un símbolo para el tiempo presente: en efecto, allí se ofrecen dones y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica el culto. (Hebreos 9, 9)

  • ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! (Hebreos 9, 14)

  • De la misma manera, roció con sangre la Morada y todos los objetos del culto. (Hebreos 9, 21)

  • El Espíritu Santo atestigua todo esto, porque después de haber anunciado: (Hebreos 10, 15)

  • Porque si después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, pecamos deliberadamente, ya no hay más sacrificio por los pecados. (Hebreos 10, 26)

  • Piensen, entonces, qué castigo merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, el que profanó la sangre de la Alianza con la cual fue santificado y ultrajó al Espíritu de la gracia. (Hebreos 10, 29)

  • Después de todo, nuestros padres carnales nos corregían, y no por eso dejábamos de respetarlos. Con mayor razón, entonces, debemos someternos al Padre de nuestro espíritu, para poseer la Vida. (Hebreos 12, 9)

  • Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella. (Hebreos 12, 11)

  • Así, habiendo recibido la posesión de un Reino inconmovible, aferrémonos a esta gracia, y con piedad y temor, tributemos a Dios un culto que le sea agradable, (Hebreos 12, 28)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina