Fundar 904 Resultados para: conquista de Jerusalén
Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar». (Juan 4, 20)
Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. (Juan 4, 21)
Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta. (Juan 4, 45)
Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. (Juan 5, 1)
Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos. (Juan 5, 2)
Algunos de Jerusalén decían: «¿No es este aquel a quien querían matar? (Juan 7, 25)
Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, (Juan 10, 22)
Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros. (Juan 11, 18)
Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. (Juan 11, 55)
Al día siguiente, la gran multitud que había venido para la fiesta, se enteró de que Jesús se dirigía a Jerusalén. (Juan 12, 12)
En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: «La promesa, les dijo, que yo les he anunciado. (Hechos 1, 4)
Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra». (Hechos 1, 8)