Fundar 32 Resultados para: bodas de Caná

  • Vedán y Javán, desde Uzal, entregaban hierro forjado, casia y caña aromática, a cambio de tus mercaderías. (Ezequiel 27, 19)

  • Entonces todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy el Señor. Porque tú has sido un apoyo de caña para la casa de Israel: (Ezequiel 29, 6)

  • Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo: «¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? (Mateo 11, 7)

  • No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; (Mateo 12, 20)

  • «El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. (Mateo 22, 2)

  • De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas". (Mateo 22, 4)

  • Luego tejieron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, pusieron una caña en su mano derecha y, doblando la rodilla delante de él, se burlaban, diciendo: «Salud, rey de los judíos». (Mateo 27, 29)

  • Y escupiéndolo, le quitaron la caña y con ella le golpeaban la cabeza. (Mateo 27, 30)

  • En seguida, uno de ellos corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber. (Mateo 27, 48)

  • Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. (Marcos 15, 19)

  • Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo». (Marcos 15, 36)

  • Cuando los enviados de Juan partieron, Jesús comenzó a hablar de él a la multitud, diciendo: «¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? (Lucas 7, 24)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina