Fundar 32 Resultados para: bendiga

  • Dijo acerca de José: "Que el Señor bendiga su tierra con el más excelente don del cielo -el rocío- y con el océano que se extiende por debajo; (Deuteronomio 33, 13)

  • Él dijo a su madre: "Esos mil cien siclos de plata que te quitaron, y por los que te oí proferir una imprecación, están en mi poder; yo te los quité, pero ahora te los devuelvo". Su madre exclamó: "¡Que el Señor te bendiga, hijo mío!". (Jueces 17, 2)

  • En ese preciso momento, llegaba Booz de Belén y saludó a los cosechadores, diciendo: "El Señor esté con ustedes". "El Señor te bendiga", le respondieron. (Rut 2, 4)

  • Él exclamó: "¡Que el Señor te bendiga, hija mía! Tú has realizado un segundo acto de piedad filial, mejor que el primero, al no pretender a ningún joven, ni pobre ni rico. (Rut 3, 10)

  • Entonces Samuel se presentó ante Saúl y este le dijo: "¡Que el Señor te bendiga! Ya he cumplido la palabra del Señor". (I Samuel 15, 13)

  • Saúl les respondió: "¡Que el Señor los bendiga, por haberse compadecido de mí! (I Samuel 23, 21)

  • él les envió unos mensajeros para decirles: "Que el Señor los bendiga por haber realizado este acto de fidelidad hacia Saúl, su señor, dándole sepultura. (II Samuel 2, 5)

  • Ozías, por su parte, dijo a Judit: "Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía, más que a todas las mujeres de la tierra; y bendito sea el Señor Dios, creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos. (Judit 13, 18)

  • Al realizar todo esto con tu propia mano, has hecho un gran bien a Israel, y Dios ha aprobado tu obra. Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre". Y todo el pueblo dijo: "¡Amén!". (Judit 15, 10)

  • El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, Pausa (Salmos 67, 2)

  • Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. (Salmos 67, 8)

  • De David. Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; (Salmos 103, 1)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina