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  • Benaías, hijo de Iehoiadá, era un hombre valiente, rico en hazañas, oriundo de Cabsel. Él mató a los dos héroes de Moab, y fue él quien bajó a la cisterna un día de nieve para matar al león. (II Samuel 23, 20)

  • y el hombre de Dios emprendió el camino de regreso. Pero un león lo encontró en el camino y lo mató. Su cadáver quedó tendido en el camino, y el asno y el león permanecieron de pie al lado de él. (I Reyes 13, 24)

  • Unos hombres que pasaban por ahí vieron el cadáver tendido sobre el camino y al león parado junto a él, y fueron a dar la noticia a la ciudad donde vivía el viejo profeta. (I Reyes 13, 25)

  • Cuando se enteró el profeta que lo había hecho volver atrás, dijo: "¡Es el hombre de Dios que se rebeló contra la orden del Señor! El Señor lo entregó al león, que lo destrozó y lo mató, según la palabra que le había dicho el Señor". (I Reyes 13, 26)

  • él partió y encontró el cadáver tendido sobre el camino, mientras que el asno y el león estaban de pie junto al cadáver; el león no había devorado el cadáver ni había despedazado al asno. (I Reyes 13, 28)

  • Él le dijo: "Porque no has escuchado la voz del Señor, apenas te alejes de mí te matará el león". Y apenas el otro se alejó de su lado, lo encontró el león y lo mató. (I Reyes 20, 36)

  • Benaías, hijo de Iehoiadá, era un hombre valiente, rico en hazañas, oriundo de Cabsel. Él mató a los dos héroes de Moab, y fue él quien bajó a la cisterna un día de nieve para matar al león. (I Crónicas 11, 22)

  • También algunos gaditas se pasaron a David en el refugio del desierto; eran hombres valerosos, guerreros preparados para el combate, diestros en el manejo del escudo y la lanza, con rostros de león y rápidos como gacelas de los montes. (I Crónicas 12, 9)

  • Coloca en mis labios palabras armoniosas cuando me encuentre delante del león, y cámbiale el corazón para que deteste al que nos combate y acabe con él y con sus partidarios. (Ester 14, 13)

  • el león perece por falta de presa y las crías de la leona se dispersan. (Job 4, 11)

  • Si me levanto, tú me cazas como un león y redoblas contra mí tu asombroso poder. (Job 10, 16)

  • No lo pisaron los animales feroces ni el león anduvo por él. (Job 28, 8)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina