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También harás el pectoral del juicio de Dios, trabajado artísticamente y confeccionado de la misma manera que el efod. Lo harás de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado. (Exodo 28, 15)
Cada vez que Aarón entre en el Santuario, llevará sobre su corazón, en el pectoral del juicio de Dios, los nombres de los hijos de Israel, para mantener siempre vivo el recuerdo de ellos en la presencia del Señor. (Exodo 28, 29)
En el pectoral del juicio de Dios introducirás, además, el Urím y el Tumím, a fin de que Aarón los tenga sobre su pecho cuando se presente delante del Señor. Así Aarón llevará siempre sobre su pecho, en la presencia del Señor, el dictamen de Dios para los israelitas. (Exodo 28, 30)
No sean parciales en los juicios: escuchen a los humildes lo mismo que a los poderosos. No se dejen intimidar por nadie, porque el juicio pertenece a Dios. Y cuando se les presente un caso demasiado difícil, diríjanse a mí, para que yo lo resuelva". (Deuteronomio 1, 17)
Porque esa gente ha perdido el juicio y carece de inteligencia. (Deuteronomio 32, 28)
Ahora, preséntense para que entable un juicio con ustedes delante del Señor, evocando los actos de justicia que el Señor hizo en favor de ustedes y de sus padres. (I Samuel 12, 7)
Luego añadía: "¡Ah, si me constituyeran juez en el país! ¡Acudirían a mí todos los que tienen un pleito o un juicio, y yo les haría justicia!". (II Samuel 15, 4)
Hizo la sala del trono donde administraba justicia -la Sala del juicio- que estaba revestida de cedro desde el suelo hasta los postes del artesonado. (I Reyes 7, 7)
¡Ay de las naciones que se levantan contra mi pueblo! El Señor todopoderoso las castigará en el día del Juicio: pondrá en su carne fuego y gusanos, y gemirán de dolor eternamente". (Judit 16, 17)
Y estas dos suertes se han verificado en la hora, el momento y el día del juicio delante de Dios y para todos los pueblos. (Ester 10, 11)
¡No, él no es un hombre como yo, para responderle y comparecer juntos en un juicio! (Job 9, 32)
Si Dios pasa y aprisiona, y si convoca a juicio, ¿quién se lo impedirá? (Job 11, 10)