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Él impondrá una alianza a muchos durante una semana; y durante la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación. Y sobre un ala del Templo estará la Abominación de la desolación, hasta que el exterminio decretado se derrame sobre el devastador". (Daniel 9, 27)
Luego surgirá un rey guerrero, que ejercerá un dominio inmenso y hará lo que le parezca. (Daniel 11, 3)
El rey del Sur se hará poderoso, pero uno de sus jefes será más fuerte que él, y ejercerá un dominio más grande que el suyo. (Daniel 11, 5)
El invasor hará lo que le parezca y nadie se le opondrá; se instalará en el país de la Hermosura, y el país entero caerá en sus manos. (Daniel 11, 16)
En lugar de él, surgirá uno que hará pasar a un recaudador de tributos por la tierra más hermosa del reino, pero en unos días será destrozado, aunque no de frente ni en la guerra. (Daniel 11, 20)
Se valdrá de los pactos concertados con él para actuar dolosamente: así se encumbrará y se hará fuerte con poca gente. (Daniel 11, 23)
Entrará tranquilamente en las regiones más fértiles de la provincia, y hará lo que no habían hecho ni sus padres ni los padres de sus padres: distribuirá entre su gente botín, despojos y riquezas, y hará planes contra las fortalezas, pero sólo por un tiempo. (Daniel 11, 24)
Por medio de intrigas, él hará apostatar a los transgresores de la Alianza, pero el pueblo de los que conocen a Dios se mantendrá firme y entrará en acción. (Daniel 11, 32)
Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia. (Oseas 6, 2)
Se vuelven, pero no hacia lo alto, son como un arco fallido. Sus jefes caerán bajo la espada, por la insolencia de su lenguaje: esto hará que se rían de ellos en Egipto. (Oseas 7, 16)
La espada hará estragos en sus ciudades, destrozará los barrotes de sus puertas y los devorará a causa de sus intrigas. (Oseas 11, 6)
¡Porque está cerca el Día del Señor contra todas las naciones! Lo mismo que tú has hecho, se te hará a ti: ¡tu merecido recaerá sobre tu cabeza! (Abdías 1, 15)