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Se decía en el escrito cómo el profeta, advertido por un oráculo, mandó llevar con él la Carpa y el Arca, y cómo partió hacia la montaña donde Moisés había subido para contemplar la herencia de Dios. (II Macabeos 2, 4)
Al llegar, Jeremías encontró una caverna: allí introdujo la Carpa, el Arca y el altar del incienso y clausuró la entrada. (II Macabeos 2, 5)
El perezoso se parece a una piedra cubierta de excrementos:todos silban despectivamente por su deshonra. (Eclesiástico 22, 1)
Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar. (Jeremías 3, 16)
Para que desborde mi ira, para dar lugar a mi venganza, he puesto su sangre sobre la roca desnuda, a fin de que no sea cubierta. (Ezequiel 24, 8)
Será tal la cantidad de sus caballos que te dejará cubierta de polvo. Tus murallas temblarán al estruendo de su caballería, de sus ruedas y sus carros, cuando él entre por tus puertas como se entra en una ciudad expugnada. (Ezequiel 26, 10)
Con encinas de Basán hicieron tus remos. Te hicieron la cubierta de marfil incrustado en madera de pino de las costas de Quitím. (Ezequiel 27, 6)
En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; (Mateo 24, 38)
Al divisar de lejos una higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas; porque no era la época de los higos. (Marcos 11, 13)
La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos. (Lucas 17, 27)
En consecuencia, el hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta deshonra a su cabeza; (I Corintios 11, 4)
Allí estaban el altar de oro para los perfumes y el Arca de la Alianza, toda recubierta de oro, en la cual había un cofre de oro con el maná, la vara de Aarón que había florecido y las Tablas de la Alianza. (Hebreos 9, 4)