Fundar 102 Resultados para: Animal

  • o si toca algún animal o algún ser humano que lo hace impuro -cualquiera sea la clase de impureza- (Levítico 22, 5)

  • No comerá ningún animal muerto o despedazado por las fieras, porque de lo contrario incurriría en impureza. Yo soy el Señor. (Levítico 22, 8)

  • Y si alguien -sea en cumplimiento de un voto especial o como ofrenda voluntaria- presenta al Señor en sacrificio de comunión un animal del ganado mayor o menor, para que esa ofrenda le sea aceptada, tendrá que ser sin defecto: no habrá en ella ninguna imperfección. (Levítico 22, 21)

  • No deberán ofrecer ni presentar como ofrenda que se quema para el Señor ningún animal ciego, estropeado o mutilado, ulcerado, sarnoso o purulento. (Levítico 22, 22)

  • Pero no inmolarán ningún animal del ganado mayor o menor junto con su cría, en un mismo día. (Levítico 22, 28)

  • El que hiera mortalmente a un animal, pagará la indemnización correspondiente: vida por vida. (Levítico 24, 18)

  • El que mate un animal pagará una indemnización por él, pero el que mate a un hombre, será castigado con la muerte. (Levítico 24, 21)

  • Si alguien entrega un animal de los que pueden ser presentados al Señor como ofrenda, el animal ofrecido será una cosa sagrada. (Levítico 27, 9)

  • No está permitido cambiarlo o sustituirlo por otro, ya sea bueno por malo o malo por bueno. Si alguien sustituye un animal por otro, tanto el animal ofrecido como su sustituto serán una cosa sagrada. (Levítico 27, 10)

  • Si se trata de un animal impuro, que no puede ser presentado como ofrenda al Señor, será presentado ante el sacerdote, (Levítico 27, 11)

  • y si alguien quiere rescatar el animal, tendrá que añadir un quinto más a la suma establecida. (Levítico 27, 13)

  • Pero si se trata de animales impuros, podrán ser rescatados por la suma en que hayan sido tasados, añadiendo una quinta parte de su valor. Si no es rescatado, el animal será vendido por la suma establecida. (Levítico 27, 27)


“Os corações fortes e generosos não se lamentam, a não ser por grandes motivos e,ainda assim,não permitem que tais motivos penetrem fundo no seu íntimo.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina