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  • pero en la angustia invocaron al Señor, y él los libró de sus tribulaciones: (Salmos 107, 13)

  • Pero en la angustia invocaron al Señor, y él los libró de sus tribulaciones: (Salmos 107, 19)

  • Pero en la angustia invocaron al Señor, y él los libró de sus tribulaciones: (Salmos 107, 28)

  • Los lazos de la muerte me envolvieron, me alcanzaron las redes del Abismo, caí en la angustia y la tristeza; (Salmos 116, 3)

  • Cuando me asalta la angustia y la opresión, tus mandamientos son toda mi alegría. (Salmos 119, 143)

  • expondré mi queja ante él, expresaré mi angustia en su presencia. (Salmos 142, 3)

  • Que nuestros bueyes estén bien cargados, que no haya brechas ni aberturas en los muros ni gritos de angustia en nuestras plazas. (Salmos 144, 14)

  • José, en el momento de la angustia, observó la Ley, y así llegó a ser señor de Egipto. (I Macabeos 2, 53)

  • A uno se le partía el alma con solo mirar el rostro del Sumo Sacerdote, porque su aspecto y su palidez revelaban la angustia de su alma. (II Macabeos 3, 16)

  • Daba pena ver a la muchedumbre postrada desordenadamente, y al Sumo Sacerdote lleno de ansiedad y de angustia. (II Macabeos 3, 21)

  • Y no era menor la angustia de los que habían quedado en la ciudad, preocupados como estaban por el combate que se iba a librar en campo abierto. (II Macabeos 15, 19)

  • cuando los invada el terror como una tormenta y les llegue la ruina como un huracán, cuando les sobrevengan la angustia y la tribulación. (Proverbios 1, 27)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina