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  • Abrám recorrió el país hasta el lugar santo de Siquém, hasta la encina de Moré. En ese tiempo, los cananeos ocupaban el país. (Génesis 12, 6)

  • A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que le había servido de almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella. (Génesis 28, 18)

  • Jacob erigió una piedra conmemorativa en el lugar donde Dios le había hablado. En seguida ofreció una libación sobre ella y ungió la piedra con aceite. (Génesis 35, 14)

  • Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo. (Exodo 20, 11)

  • aceite para las lámparas, perfumes para el óleo de la unción y para el incienso aromático; (Exodo 25, 6)

  • Pondrás el velo debajo de los ganchos, y detrás de él colocarás el Arca del Testimonio. Así el velo marcará la división entre el Santo y el Santo de los Santos. (Exodo 26, 33)

  • También colocarás la tapa sobre el Arca del Testimonio, en el Santo de los Santos. (Exodo 26, 34)

  • Ordenarás a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva molida para el candelero, a fin de alimentar constantemente una lámpara. (Exodo 27, 20)

  • y prepara con harina de la mejor calidad panes ácimos, tortas sin levadura amasadas con aceite, y galletas sin levadura untadas con aceite. (Exodo 29, 2)

  • Recogerás además un pan redondo, una torta cocida en aceite y una galleta de la canasta de los panes ácimos, que está delante del Señor; (Exodo 29, 23)

  • Con el primer cordero ofrecerás también la décima parte de una medida de harina de la mejor calidad, amasada con un litro sesenta de aceite puro de oliva, y una libación consistente en un litro sesenta de vino. (Exodo 29, 40)

  • quinientos siclos de casia -todo esto en siclos del Santuario- y siete litros de aceite de oliva; (Exodo 30, 24)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina