Fundar 408 Resultados para: viaje en el desierto

  • ¿Te parece poco habernos sacado de una tiera que manaba leche y miel para hacernos morir en este desierto? ¿Y tú quieres hacer de jefe? (Números 16, 13)

  • Toda la comunidad de Israel llegó el primer mes al desierto de Sin. El pueblo se instaló en Cadés, allí murió y fue enterrada Miriam. (Números 20, 1)

  • ¿Por qué han traído a la comunidad de Yavé a este desierto para que muramos junto con nuestros animales? (Números 20, 4)

  • y murmuró contra Dios y Moisés: "¿Por qué nos hicieron subir de Egipto para que muramos en el desierto sin pan y sin agua? ¡Ya estamos aburridos de esta comida sin gracia! (Números 21, 5)

  • Partieron de allí y acamparon en las Ruinas de los Abarim, en el desierto, al este de Moab, hacia el lado del sol naciente. (Números 21, 11)

  • Subieron de allí y acamparon más allá del Arnón. Ese torrente en el desierto era el límite del territorio de los Amoritas, pues el Arnón es la frontera de Moab, entre los moabitas y los amoritas. (Números 21, 13)

  • ¡Pozo que cavaron los jefes, pozo que perforaron los príncipes del pueblo con su cetro y su bastón!" Del desierto subieron a Matana, (Números 21, 18)

  • y de Bamot al arroyo que está en la campiña de Moab, hacia el monte Pisgá, frente al desierto. (Números 21, 20)

  • Pero Sijón no dejó a Israel que atravesara por su territorio, reunió a todo su pueblo y salió al encuentro de Israel en el desierto. Cuando llegó a Jahasa, atacó a Israel. (Números 21, 23)

  • El ángel de Yavé le dijo: "¿Por qué le pegaste tres veces a tu burra? Yo vine para impedirte el paso, porque este viaje no me gusta. (Números 22, 32)

  • Balaam condujo entonces a Balaam a la cima del monte Fogor, frente al desierto. (Números 23, 28)

  • Balaam vio que a Dios le gustaba bendecir a Israel, de manera que no fue como las otras veces en busca de señales, sino que se volvió de cara al desierto. (Números 24, 1)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina