Fundar 1771 Resultados para: uno

  • Si alguno, pues, trata de no cometer las faltas de que hablo, será como vajilla noble: será santo, útil al Señor, apropiado para toda obra buena. (2º Carta a Timoteo 2, 21)

  • Fue precisamente uno de su raza, a quien ellos tienen por profeta, el que dijo: «Cretenses, siempre mentirosos, malas bestias y vientres perezosos.» (Carta a Tito 1, 12)

  • Pues también nosotros fuimos de esos que no piensan y viven sin disciplina: andábamos descarriados, esclavos de nuestros deseos, buscando siempre el placer. Vivíamos en la malicia y la envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros. (Carta a Tito 3, 3)

  • Y que los nuestros aprendan a moverse apenas se presente alguna necesidad, en vez de quedarse como unos inútiles. (Carta a Tito 3, 14)

  • A ninguno de sus ángeles dijo Dios: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como tarima de tus pies. (Carta a los Hebreos 1, 13)

  • Más bien anímense mutuamente cada día, mientras dura ese hoy; que ninguno de ustedes se deje arrastrar por el pecado y llegue a endurecerse. (Carta a los Hebreos 3, 13)

  • Cuidémonos, pues; no sea que alguno de ustedes deje pasar esta oferta de entrar en el descanso de Dios y no lo alcance. (Carta a los Hebreos 4, 1)

  • Dos cosas, pues, se nos dicen: algunos entrarán; y los que recibieron primero la Buena Nueva no entraron por causa de su falta de fe. (Carta a los Hebreos 4, 6)

  • Por lo tanto, acerquémonos con plena confianza al Dios de bondad, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno. (Carta a los Hebreos 4, 16)

  • Solamente deseamos que cada uno demuestre hasta el fin el mismo interés por alcanzar lo que han esperado. (Carta a los Hebreos 6, 11)

  • Los sacerdotes anteriores se sucedían el uno al otro porque, siendo mortales, no podían permanecer. (Carta a los Hebreos 7, 23)

  • Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien. (Carta a los Hebreos 10, 24)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina