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  • Encontró una quijada de burro todavía fresca, la tomó y mató con ella a mil hombres. (Jueces 15, 15)

  • Entonces Yavé hendió la cavidad que hay en Lejí y brotó agua de ella. Sansón bebió, recobró su espíritu y se reanimó. Por eso dio el nombre de En Hacore a la fuente que existe todavía en Lejí. (Jueces 15, 19)

  • Sansón le contestó: «Si me ataran con siete cuerdas de arco, nuevas y todavía húmedas, perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre.» (Jueces 16, 7)

  • Subieron y acamparon en Cariatiarim, en Judá. Por eso todavía hoy se llama aquel lugar el campamento de Dan. Está detrás de Cariatiarim. (Jueces 18, 12)

  • Rut, entonces, agregó: «Fíjate que todavía me dijo que me quedara con sus trabajadores hasta que terminen de cosechar.» (Rut 2, 21)

  • Por ahora, sigue durmiendo hasta mañana.» Antes de que amaneciera, cuando todavía no se puede distinguir bien a las personas, se levantó Booz, pues pensaba: «Nadie debe saber que esta mujer estuvo aquí durmiendo.» (Rut 3, 14)

  • Pero Booz prosiguió: «Hay algo más todavía, pues si adquieres el campo de manos de Noemí, también debes adquirir a Rut, la moabita, que era mujer del difunto, y sus hijos heredarán la parcela del difunto.» (Rut 4, 5)

  • Sacrificaron el novillo, y Ana presentó al niño, todavía pequeño, a Helí, (1 Samuel 1, 25)

  • Samuel no conocía todavía a Yavé, pues la palabra de Yavé no le había sido dirigida aún. (1 Samuel 3, 7)

  • Pero él respondió: «Todavía no, pues en esta ciudad vive un hombre de Dios. Es muy famoso. Todo lo que dice se cumple con seguridad. Vamos donde él por si nos orienta acerca del objeto de nuestro viaje.» (1 Samuel 9, 6)

  • No se vayan todavía, para que vean este gran prodigio que Yavé va a realizar delante de sus ojos. ¿No es ahora la cosecha del trigo? (1 Samuel 12, 16)

  • Algunos atravesaron el Jordán y fueron a Gad y Galaad. Saúl estaba todavía en Guilgal y todo el pueblo temblaba de temor junto a él. (1 Samuel 13, 7)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina