Fundar 126 Resultados para: somos

  • y no quiso decirlo. Somos testigos de todo esto. LLa asamblea los creyó, ya que eran ancianos y jueces del pueblo, y la condenaron a muerte. (Daniel 13, 41)

  • Y luego se sienten orgullosos por cosas de nada y andan diciendo: Ahora somos fuertes, nos hemos hecho imbatibles. (Amós 6, 13)

  • Cuando Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?», contestó: «Me llamo Multitud, porque somos muchos.» (Evangelio según San Marcos 5, 9)

  • Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de decir: "Nosotros somos hijos de Abraham". Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos de Abraham también de estas piedras. (Evangelio según San Lucas 3, 8)

  • Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: Somos servidores que no hacíamos falta, hemos hecho lo que era nuestro deber.» (Evangelio según San Lucas 17, 10)

  • Le respondieron: «Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices: "Ustedes serán libres"?» (Evangelio según San Juan 8, 33)

  • Ustedes actúan como hizo el padre de ustedes.» Los judíos le dijeron: «Nosotros no somos hijos ilegítimos, no tenemos más que un solo padre: Dios.» (Evangelio según San Juan 8, 41)

  • Entonces comenzaron a insultarlo. «Tú serás discípulo suyo. Nosotros somos discípulos de Moisés. (Evangelio según San Juan 9, 28)

  • Al oír esto, algunos fariseos que estaban allí con él le dijeron: «¿Así que también nosotros somos ciegos?» (Evangelio según San Juan 9, 40)

  • Yo y el Padre somos una sola cosa.» (Evangelio según San Juan 10, 30)

  • Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: (Evangelio según San Juan 17, 22)

  • Y es un hecho que Dios resucitó a Jesús; de esto todos nosotros somos testigos. (Hecho de los Apóstoles 2, 32)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina